martes, 20 de diciembre de 2011

GÉRARD WAJCMAN. "El ojo absoluto" (Manantial, 2011)



Ver es un arma del poder. Desde la videovigilancia hasta la captación de imágenes en medicina, pasando por los satélites que barren el planeta, innumerables dispositivos se empeñan en volvernos íntegramente visibles. Se quiere ver todo, hasta la transparencia. Hoy día, hacer compras en Londres es ser filmado más de trescientas veces. Antes se vigilaba a los criminales, hoy se vigila sobre todo a los inocentes. Pero, más allá de la vigilancia, esa mirada global infiltra todas las zonas de nuestra vida, desde el nacimiento hasta la muerte. La ideología de la transparencia, que amenaza nuestras existencias, el espacio privado de nuestras casas y el interior de nuestros cuerpos, disuelve un poco más cada día lo que tenemos de íntimo y secreto. La ciencia y la técnica han pergeñado un dios omnividente electrónico, un nuevo Argos dotado de millones de ojos que no duermen nunca. Más que en una civilización de la imagen, hemos entrado en una civilización de la mirada.

GÉRARD WAJCMAN, escritor, psicoanalista, profesor en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad París 8, dirige el Centro de estudios de Historia y de Teoría de la Mirada. Es autor, especialmente, de L’interdit (1986); L’objet du siècle (1998) (El objeto del siglo, Amorrortu, 2002); Collection suivi de L’avarice (1999) (Colección seguido de La avaricia, Manantial, 2011), y Fenêtre, chroniques du regard et de l’intime (2004