martes, 8 de noviembre de 2011

Gabriel Lombardi. "La relación del neurótico obsesivo con su cuerpo"

En psicoanálisis, muchos progresos conceptuales se desgastan y esterilizan más o menos rápidamente con el uso, y para revitalizarlos conviene tener en cuenta los escotomas, la sordera parcial que han inducido. Quiero en primer lugar llamar la atención sobre los efectos de la concepción que cristaliza una oposición entre el síntoma clínicamente manifiesto y la estructura oculta. Por una parte da a la estructura una profundidad que sólo es producto de una psicologización del psicoanálisis – consistente en suponer un espesor sincrónico a algo de lo cual sólo tenemos constancia que se despliega en la diacronía de la cura -. El inconsciente es menos profundo que inaccesible a la profundización consciente, señala Lacan, y es lasciate ogni speranza a la entrada de El psicoanálisis y su enseñanza. En un análisis no se trata tanto de profundizar, como de abrir los sentidos del síntoma, los falsos sentidos, los que se apoyan en los ideales y en la fantasía, los que pueden caer y dejar lugar a la raíz del síntoma que alcanza lo real, y que conserva un sentido incluso allí...

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