miércoles, 28 de septiembre de 2011

PABLO PEUSNER. "La teoría de los afectos en el psicoanálisis. Acerca de 'Los afectos lacanianos' de Colette Soler"



En todos los casos en que los afectos se sienten

como un trastorno de la homeostasis corporal,

o subjetivamente como un sentimiento más o menos penoso,

los sujetos se ven tentados a confundirlos con su verdad,

en tanto tienen para ellos la fuerza de la evidencia.

Entonces, se impone la necesidad de una teoría que de cuenta de ellos,

y que diga cómo y hasta dónde el psicoanálisis debe tocarlos.

Colette Soler

El 18 de abril de 2009, invitada por el Foro Analítico del Río de la Plata, Colette Soler dictaba en Buenos Aires un seminario intensivo con el título de “Afectos lacanianos”. Recuerdo que en aquella ocasión el auditorio de la Asociación Cultural Armenia estaba colmado, y que al finalizar la jo

rnada de trabajo, con muchos colegas y amigos nos quedamos conversando acerca de los originales caminos que Colette Soler había elegido para desarrollar un tema que –hasta ese momento– nos había parecido algo olvidado por los comentadores de los textos fundacionales del psicoanálisis.

Al día siguiente se realizó un pequeño evento para despedir a Colette Soler, en el que tuve ocasión de conversar con ella acerca de lo valioso que resultaría publicar el material surgido del seminario. Sin embargo, en ese momento, estaba revisando las galeras de su libro Lacan, l’inconscient réinventé (París, PUF, 2009) y no se mostró muy entusiasmada con mi sugerencia.

Algo más tarde, en diversos intercambios, Colette Soler dejó translucir que estaba trabajando en la redacción de aquel material. Y en diciembre de 2010, al confirmar que la editorial PUF publicaría el libro en Francia, permitió que a través de la editorial Letra Viva, adquiriéramos los derechos para su traducción y publicación en lengua española. De esta manera, “Los afectos lacanianos” (tal el título final del libro) verá la luz en nuestro idioma próximamente –casi en simultáneo, podríamos afirmar, con la edición francesa–.

El libro es mucho más amplio que lo desarrollado en aquel seminario del año 2009, por lo que resulta sumamente jugoso para estudiar la teoría del afecto en la obra de Jacques Lacan, siempre bajo la consigna de su retorno a Freud –el que, como ocurre habitualmente en los textos de Colette Soler, está muy presente en las referencias bibliográficas–.

La obra comienza rechazando un lugar común entre ciertos críticos del psicoanálisis: aquel que consiste en afirmar que Lacan desatendió los afectos del sujeto, a favor de la teoría del lenguaje y el significante (teoría que estaría demostrada por las frecuentes recurrencias a los juegos de palabras en desmedro de lo que podría considerarse “instintivo”). Las pruebas de la falsedad de una posición tal son aportadas con claridad, ya que según la autora la inquietud de Lacan por el tema del afecto data de los años ’50, ocasión en que introduce la llamada “frustración de transferencia”.

Por otra parte, al recomponer la lista de los afectos lacanianos, es visible que los mismos han preocupado a Lacan a lo largo de su obra: la angustia, el dolor, la impotencia, el duelo, la tristeza, la alegría, la felicidad, el tedio, el mal humor, la cólera, el pudor, la vergüenza, el entusiasmo... (y hay más), son algunos de los ejemplos en los que Colette Soler se detiene, ubicando sus coordenadas teóricas y sus incidencias clínicas. Es cierto que Lacan le dedicó un año al afecto de la angustia (y en el libro, hay todo un capítulo consagrado a realizar una lectura del único afecto “que no engaña”), y que a algunos otros se refirió en menor medida, pero por eso no se trata menos de una teoría de los afectos, la que ha sido sistemáticamente negada por varios de los comentaristas posteriores.

El trabajo de Colette Soler con esta lista invita a la reflexión de orden clínico, puesto que toma valor crítico ante de lo que podría denominarse la evidencia (o el valor de verdad) de los afectos. Según la autora: “No hay oposición entre la clínica del significante y la del afecto (...). Es un absurdo porque el significante afecta, y el afecto sólo se determina por el significante. Para el afectado, ciertamente el afecto es la evidencia misma, pero sin embargo jamás resulta ser del orden de un dato apresable. Hay una indeterminación en lo que se considera vivido. Eso se siente pero, al mismo tiempo, es muy difícil de identificar. Es todo lo contrario del significante, que es discreto, aislable y transmisible, mientras que el afecto es frecuentemente informe, indecible y, por otra parte, muy personal. Tratar de decirlo es justamente intentar ponerlo en forma significante (...). No es posible hacerlo sin las palabras de las que se dispone, que son las palabras del Otro, del discurso que ya está ahí (...). Sin el Otro, no se sabría qué es lo que se siente” (pág. X, de la Introducción).

El recorrido no se agota en una revisión de las posiciones de Freud y Lacan acerca de los afectos (ni de sus habituales referencias: Santo Tomás, Kierkegaard, Dante, Heidegger y tantos otros), sino que introduce ideas originales sobre los modos de aparición de los afectos en la época contemporánea. Desfilan así en sus páginas el ataque de pánico y la depresión, el duelo, los efectos del capitalismo en el humor, los afectos surgidos de la ruptura de los lazos sociales, el amor, etc. Y también encontramos ideas acerca del valor del afecto en el final del análisis, y su pertinencia en el testimonio del pase, bajo la forma de lo que Colette Soler denomina, siguiendo a Lacan, “afectos enigmáticos”.

En síntesis: la obra devuelve a la teoría de los afectos un lugar de importancia en el quehacer clínico del psicoanalista, tanto como en su posición ética. ¿Existe realmente esta teoría que ha podido ser ignorada durante tanto tiempo? Dejo al lector responder esta pregunta, luego de la lectura de este libro. Un libro que sin lugar a dudas no pasará desapercibido y que demostrará, una vez más, que liber enim, librum aperit...

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El libro se presentará hoy, miércoles 28/9/2011, con una conferencia pública titulada "Amor y odio en Lacan", que será pronunciada por la autora en el aula mayor de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, sede Independencia, a las 20.30 hs.