miércoles, 25 de febrero de 2009

NOVEDAD. Harold Bloom. "La religión americana" (Aguilar, Taurus, Alfaguara, 2009)

Con su afán polemista siempre activo, el crítico norteamericano Harold Bloom examina en su libro "La religión americana" una serie de credos de origen estadounidense –el pentecostalismo y el mormonismo, entre otros– y se interroga sobre la vinculación entre la religión y la cultura. Al autor de "El canon occidental" y "Genios" pocas cosas parecen otorgarle tanta satisfacción como escandalizar al establishment académico políticamente correcto o contradecir los gustos populares que le parecen desmesurados, como lo demuestra en este ensayo que escribió hace algún tiempo, pero que el sello Taurus lanzó recién ahora en la Argentina. Bloom ha dedicado buena parte de sus lecturas y reflexiones a la cábala, al misticismo y hasta suele abandonar por temporadas la crítica literaria para dedicarse a la crítica de la religión. De esa faceta teológica del neoyorquino surge esta obra. El autor arremete contra los credos surgidos en Estados Unidos, a los cuales les atribuye como paradoja central “una confesión auténticamente bíblica, mientras que el judaísmo y el cristianismo nunca lo fueron”, basándose el primero en formas de pensamiento griegas y el segundo en los padres de la Iglesia y los teólogos protestantes. “Mientras que el judaísmo y el cristianismo no son religiones bíblicas (a pesar de todo lo que afirman), la religión americana sí es bíblica, aunque su Biblia se reduzca en gran medida a San Pablo (los baptistas del sur), o sea un conjunto de escrituras americanas que pretenden reemplazarla”, analiza Bloom. Y destaca: “La influencia de las sectas en la sociedad americana ha sido enorme. Son una de las fuentes principales de nuestro individualismo y de la dominante idea americana de que todos los grupos sociales son frágiles y precisan un esfuerzo energético constante que los mantenga”, dispara Bloom. “Predicarles a los fanáticos religiosos americanos la necesidad de lo colectivo es una empresa vana; la experiencia del encuentro con Jesús o con Dios pesa demasiado como para que se acuerden de lo colectivo, y el creyente regresa del abismo del éxtasis con el yo fortalecido y todo lo demás devaluado”, señala.


"Ninguna nación occidental está tan empapada de religión como la nuestra, donde nueve de cada diez personas aman a Dios y son amadas por él. Esa pasión mutua centra nuestra sociedad y exige ser comprendida, si es que hay que comprender una sociedad como la nuestra, obsesionada con el Apocalipsis", señala en el libro.
Bloom considera "variedades indelebles " de la religión al mormonismo, la ciencia cristiana, el adventismo del Séptimo Día, los testigos de Jehová, el pentecostalismo y la Convención Baptista del Sur.
"La influencia de las sectas en la sociedad americana ha sido enorme. Son una de las fuentes principales de nuestro individualismo y de la idea americana de que todos los grupos sociales son frágiles y precisan un esfuerzo constante que los mantenga", dispara Bloom. "Predicarles a los fanáticos religiosos americanos la necesidad de lo colectivo es una empresa vana; la experiencia del encuentro con Jesús o con Dios pesa demasiado como para que se acuerden de lo colectivo, y el creyente regresa del abismo del éxtasis con el yo fortalecido y todo lo demás devaluado", señala.