miércoles, 13 de agosto de 2008

Clásicos para todo el mundo (el relanzamiento de la editorial Gredos, a precios accesibles)


Tal vez quienes lean estas líneas vivieron en carne propia lo que esa irresistible colección compuesta por obras de la cultura clásica grecorromana –sí, cómo olvidarla, ¿no?, las tapas duras, con símil piel de color azul oscuro y letras capitales doradas– generaba cuando se la veía en los anaqueles de las librerías. Ante la respuesta al cuánto vale, más de uno apretaba los dientes, como queriendo masticar esos dos ceros de la derecha que elevaba hasta las nubes un libro de Homero o de Cicerón, y se resignaba a juntar el dinero o a especular con que alguna vez el precio adelgazaría. No es exagerado afirmar que el relanzamiento de la renovada Biblioteca Clásica Gredos, a través de Del Nuevo Extremo grupo editorial, en formato bolsillo, con precios accesibles y traducciones acompañadas con introducciones, notas explicativas e índices, es para desmayarse de la alegría. Los primeros cuatro títulos, que ya se consiguen en las librerías del país, son El banquete, de Platón, con introducción, traducción y notas de Marcos Martínez Hernández (a 19 pesos); Meditaciones, de Marco Aurelio, con introducción de Carlos García Gual y traducción y notas de Ramón Bach Pellicer (17 pesos); Etica nicomaquea, de Aristóteles, con introducción de Teresa Martínez Manzano y traducción y notas de Julio Pallí Bonet (25 pesos), y el dos por uno de Amores y Arte de amar, de Ovidio, con introducción, traducción y notas de Vicente Cristóbal (19 pesos). “Son, a su manera, tanto autores como obras, los máximos exponentes de la literatura griega y latina”, señala José Manuel Martos, director editorial de Gredos.

Durante agosto llegarán Vida y hazañas de Alejandro de Macedonia, de Pseudo Calístenes; El asno de oro, de Apuleyo; Antígona, de Sófocles y El satiricón, de Petronio. La política de editarlos en formato bolsillo permite que un título que antes costaba más de 200 pesos hoy tenga un precio que oscila entre los 20 y los 40 pesos. Martos, licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctor en Humanidades por la Universidad Pompeu Fabra, cuenta que decidió relanzar esta prestigiosa colección “para acercar la cultura clásica a las nuevas generaciones de lectores que, por interés o necesidad, quieren leer a los clásicos, pero cuyo poder adquisitivo no les permite acceder a los libros”. Una de las características fundamentales de la Biblioteca Clásica de Gredos radica en su capacidad de inclusión. Además de los grandes filósofos, poetas y pensadores ya conocidos (Cicerón, Terencio, Homero, Virgilio, Esquilo y Heródoto, entre otros), cuenta en su catálogo con autores menores, obras de carácter más científico que literario, textos extraídos de fuentes marginales, como papiros o inscripciones murales, e incluso fragmentos.

Especialista en el duque de Lerma y en la poesía de Luis de Góngora, Martos advierte sobre la importancia de volver a los clásicos ante el aluvión de títulos lanzados por las grandes editoriales, que apenas duran semanas en las librerías, o peor aún, los libreros muchas veces ni siquiera llegan a abrir los paquetes con las novedades. “En estos tiempos de falta de valores, de vacío existencial y educativo, en los que el dinero lo dirige todo, la vuelta a la lectura de los clásicos, con su sabiduría y su exaltación de las verdades eternas, vuelve a ser un faro que guía nuestras vidas –explica el director–. La rapidez con que desaparecen las novedades de las librerías es una manifestación más del descrédito de la buena literatura y de la inmediatez que impregna nuestras vidas: todo es de ahora para ahora, pero todo desaparece con la misma premura con la que apareció. Nada queda, ningún pozo de saber ni de inteligencia. De ahí la muerte de los buenos libros, expresada en la metáfora de las cajas que ni siquiera se abren.”
El hombre que ahora tiene en sus manos un catálogo de gran prestigio, integrado por las obras de referencia de las colecciones Biblioteca Clásica y Biblioteca Románica Hispánica, que fundó y dirigió Dámaso Alonso, dice que hay una cierta saturación de la necedad. “La gente ya no sabe que no sabe nada, y esto es muy grave. El saber como tal, salvo en circuitos muy reducidos, ha desaparecido –plantea Martos–. Los clásicos cumplen la doble función, como pocos libros, de instruir deleitando. No se trata de que nos transmitan conocimientos prácticos o científicos sino saberes: una manera para que sepamos que somos personas, y qué tenemos que hacer y cómo debemos actuar para aprender a vivir, de acuerdo con unos principios de rectitud y honestidad. Los clásicos nos enseñan, en suma, a ser más buenos y más felices, que es de lo que se trata.”

Por Silvina Friera, para Página 12 (edición del 12 de agosto de 2008)