Desde el inicio del blog me había negado sistemáticamente a incluir un contador de visitas, puesto que no quería quedar pegado a la revisión constante de su evolución. Por lo general, recibo muy pocos comentarios en la página misma -y los conocidos me escriben en forma directa-. En conclusión: yo pensaba que esto era una botella al mar y que, tal vez, algunos navegantes aburridos, cada tanto recalaban en "El psicoanalista lector". Sé de queridos amigos y colegas que visitan el blog a diario, pero con ellos tengo un contacto cotidiano que me acerca más allá del mundo virtual.
Pero ayer, en función de una conversación que mantuve con cierta persona, decidí insertarle al blog el famoso "contador de visitas". Y hoy, veinticuatro horas después, entro y soy el visitante número 200. ¿Pero entonces en un día pasó por aquí tanta gente? Quizás sea un número muy pobre en función de la cantidad de gente que navega por la web, pero considerando que este blog no regala nada (digo, hay otros que regalan discos o películas, por ejemplo), no contiene pornografía y está muy limitado a cuestiones vinculadas al psicoanálisis y temas afines, ese número me parece enorme. Y entonces, deseo agradecerle a todos aquellos que se toman la molestia de leer mis posteos aún en forma anónima, a la vez que renuevo mi compromiso de intentar mantener la frecuencia y el nivel de las entradas. Ya van casi once meses de existencia y recién ahora comienzo a creer que el proyecto resultó valioso para afianzar mi vínculo con el Otro que, como todos saben que pienso, sí existe.
Los saludo con la cordialidad de (casi) siempre.
PP
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