miércoles, 26 de marzo de 2008

"Las mujeres y los lazos sociales", de D.Mautino-L.Izcovich- C.Soler- Marcela Iacub (Reseña de Ana María D'Amato, desde Madrid)

Las mujeres y los lazos sociales”/ “Le donne e i legami sociali contemporanei”

D.Mautino-L.Izcovich- C.Soler- Marcela Iacub
Quaderno de Praxis-Psicoanálisis-QP5- Ediicones Praxis del Campo Lacaniano.

Este ejemplar corresponde a una serie de publicaciones realizadas por PRAXIS- FCL in ITALIA (Associazione per la Psicoanalisi) que reune tres intervenciones, muy interesantes por cierto, de una Jornadas de Estudios sobre “Las mujeres y los lazos contemporáneos.De una generación a otra” realizada en Roma el 28 de mayo del 2005. La edición ha estado a cargo de Diego Mautino, psicoanalista de origen argentino, afincado en Roma.

Estas Jornadas fueron preparatorias para las Europeas que se relizaron en Paris en octubre de ese mismo año sobre “La familia en cuestión: filiación, adopción y nominación”

Previa presentación de los trabajos a cargo de D. Mautino, se despliegan tres intervenciones en las que, se podría decir, el interés fundamental es situar al psicoanálisis en el momento actual, intentando serenar las angustias de muchos psicoanalistas, creo que funadamentalmente europeos, acerca de la posible desaparición del psicoanálisis ante el avance de la ciencia así como ante el predominio claro del discurso capitalista en esta época que nos ha tocado vivir.

Como primer intento se procura poner al día la teoría de Lacan.

Nos recuerda D. Mautino:

“Lacan –que había comenzado conectando las diferentes patologías a las configuraciones de la vida familiar- llegó a formalizar la incidencia de los discursos (en cuanto lazos sociales) sobre cada sujeto. En el curso de su enseñanza extrajo el poder separador de la metáfora paterna, después la función del padre como excepción lógica y finalmente, con el nudo borromeo, la función nominante.”

Esta evolución teórica se la intenta vincular al hecho subversivo que sufre la familia en la actualidad, desde el momento en que la sexualidad y la reproducción humana se desanudan, así, las “condiciones de humanización del deseo” del pequeño hombre quedan al margen de la maternidad y la paternidad.

Colette Soler (Psicoanalista en Paris) en el capítulo sobre “La madre en el inconsciente” señala los cambios importantes por los que ha atravesado el lugar de las madres en la actualidad.

Distingue al niño que ha tenido una madre y a la madre que ha tenido niños. Y si la madre es angustiante, sobre todo si la separación necesaria que hay que hacer de ella no se realiza debidamente, no menos angustia padecen aquellas que han tenido niños, sobre todo en un momento en que la figura paterna ha decaído y se encuentran con más funciones y con menos apoyo por parte de la figura paterna. Agregado a esto los sobresaltos que la invaden ante las sorpresas que el otro ser, su niño, la sorprenden y la encuentran , a veces, sin recursos.

Añade al tema de la madre, extensamente tratado por los psicoanalistas freudianos y post-freudianos la angustia materna que los terapeutas actuales así como los practicantes del bien-hacer (vease pediatras, consejeros educativos,psicopedagogos,psicólogos) intentan aplacar con el discurso del amo, ofreciendo pautas para bien-tratar a su niño, para contener ficticiamente su angustia.

El psicoanálisis le hace otra oferta, pasar del “amor al niño” al “amor a su niño” de lo general a lo particularizado,encontrar via el análisis el poder nombrar a su hijo y amarlo nominativamente en su particularidad esencial.

Una salida muy diferente a la de las terapias y a la de la ciencia. Otra cosa.

Luis Izcovich(Psicoanalista de origen argentino afincado en Paris) en su artículo sobre “La histeria moderna” también nos recuerda que la histeria no ha desaparecido tal y como lo intenta hacer creer la psiquiatria y sus manuales DSM….sino que hoy la histeria aparece de una manera diferente, una histeria actual que se muestra bajo la máscara de la depresión.

La histeria no ha muerto y el psicoanálisis tampoco, la histeria no es sin el Otro y el Otro en el discurso contemporáneo ha cambiado.

Si el síntoma histérico clásico estaba ligado al retorno en el cuerpo del amor prohibido, el superyó era determinante en la formación de síntomas.Funcionaba la prohibición y su retorno.

Pero en este momento en que las perversiones están en vigencia y todo aparentemente está permitido ,salvo aquello que no sea consentido por el otro, la histeria, forzosamente se ve obligada a aparecer con la máscara de la depresión que no es un síntoma sino analíticamente hablando es una inhibición.

Una inhibición puede convertirse en un síntoma analítico siempre y cuando el sujeto en cuestión esté dispuesto a pasar por el rubricón de la angustia que lo confronta con el Otro. Así descubrimos que pese a su modo diferente de aparecer, ese síntoma sigue siendo el mismo: “la negativa histérica de someterse al fantasma de goce del Otro”. La depresión es una manera de decir “no” al goce homogeneizado que el superyo consumista del discurso capitalista aplica como meta a alcanzar para todos.

Y el psicoanálisis, como siempre , hace una oferta diferente: ni seguir en el “no” revolucionario o subversivo ni acepatar diciendo “sí” a las normas sociales en un plan adaptativo. Nada de esto.

Propone la renuncia al anonimato, el poder asumir una palabra propia, previa elaboración de la castración o sea previa separación del superyó materno. Y volvemos a la madre, a la falta del orygim, a aquel personaje que para la histeria tiene dos caras: la oracular y la policia del cuerpo. Así se apostaría a hacer una suplencia necesaria para hacer posible el lazo con su pareja sexual, sin tener que pasar por la renuncia al goce sexual.

Finalmente Marcela Iacub nos habla de “El imperio del vientre” término muy elocuente que ella en tanto jurista e investigadoraen en el CNRS-Paris, especialista en historia y representación jurista del cuerpo, utiliza como metáfora que habla del predominio materno.

“La madre es segura y el padre es el marido de la madre”. El embarazo y parto simulados, nos dice, fue aceptado hasta 1972 cuando una ley francesa anuló la fórmula según la cual mientras se declarara la paternidad ante un juez civil y éste la rubricara, pasaba a ser una maternidad segura.

Este criterio fue cambiando notablemente con los adelantos científicos: óvulos fecundados por esperma realizada extracorporeamente, donación de embriones, alquileres de vientres, etc que llevó a que el Estado de California celebrara un largo proceso judicial en el cual tuvo que fallar en relación a quién era la madre de un niño: la que lo había encargado,había donado su ovulo que mediante fecunadación in-vitro fue colocado en el vientre de una mujer a la que se le pagó para que llevara adelante el embarazo o la que se prestó como recptáculo para que el feto se desarrollara en ella y fuera viable.

¿Quién era la madre? dado que había surgido el pleito entre ambas no previsible al comienzo. El juez falló en que “madre” era la que había tenido la voluntad de hacer a ese niño. Un criterio absolutamente nuevo y de gran utilidad para los cambios que se vienen en nuestra sociedad que pone la familia en cuestión.

Digno de leerse por aquellos que se interesen en el tema de las mujeres así como en quienes se interesen por el porvenir del psicoanálisis y las nuevas formas en que se expresa la subjetividad bajo el imperio de la ciencia y del capitalismo salvaje.


Ana María D’Amato
Madrid marzo de 2008

Para cualquier consulta:
http://www.praxislacaniana.it/

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Gracias Ana María por la colaboración!!
PP.