domingo, 29 de julio de 2007

Pablo Peusner. "Para leer las crisis subjetivas..." (1992)

Este trabajo tiene como objetivo principal aportar ciertos ejes para ubicar el concepto de “Crisis Subjetivas” dentro del Psicoanálisis, así como relevar las muy acotadas referencias al mismo en la literatura de nuestra disciplina. Quisiera introducir una pregunta que guiará el desarrollo de mi escrito: por qué el descubrimiento científico puede ser puesto en relación con una conmoción subjetiva?


Quisiera entrar en la problemática planteada, a través de la función del fantasma en Psicoanálisis. Sabemos que la realidad se estructura desde la posición del sujeto en el Edipo, y también que tal posición no varía a partir de la adquisición de nuevos conocimientos provistos por la investigación. Sin embargo, sabemos también que ciertos momentos fecundos de la ciencia “[...]tienen sus víctimas, de las que nada indica que su destino se inscriba en el mito de Edipo.” [1]
Estos hechos demuestran la posibilidad de dar un paso más allá de la fijeza del fantasma. Paso sin el cual toda la producción de los científicos no haría más que reproducirlo en sus hallazgos a la manera de una Teoría Sexual Infantil. O tal vez consistiría en “buscar aquéllo que ya ha encontrado”[2], velando al verdadero objeto y repitiendo el deseo que es deseo del Otro y que - por lo tanto- pertenece a su campo.
Es claro concluir que se trata éste del dominio de la investigación y que en él la imposibilidad de la estructura fija los límites al trabajo del científico: acumular y transmitir saber.
Sin embargo, el momento del encuentro del sabio con lo real, trastorna el saber adquirido y conmueve por ello al Otro. Cada letra nueva que el científico escriba “puede presentar el riesgo de completar a ese Otro. Ciertamente cada avance científico agrega al Otro un significante nuevo, pero éste permanece incompleto de todos modos”[3].

¿Qué significa este acto de escritura de una letra nueva?
Este acto no coincide con el discurso que lo sostiene, a la vez que excluye al sujeto de su posición en el fantasma. Tampoco permite el acceso a lo real, sino sólo a la escritura de una marca. Lo real es producido con esta marca y, a la vez que es producido, algo queda afuera. Ya no se trata de una representación fantasmática, sino de la escritura de una letra; escritura que excluye - por lo tanto- al sujeto.
Es en este sentido que Lacan acerca la ciencia moderna a la paranoia, para producir más tarde una diferenciación con la ciencia contemporánea, basada ésta en la reintroducción del sujeto en la relación fantasmática con el cuerpo del saber de la ciencia. La inclusión de este cuerpo de saber de la ciencia al fantasma del sujeto, permite asimilar la “crisis subjetiva” al concepto de “vacilación fantasmática”.
Si “la ciencia es un modo de descreimiento de la Cosa”[4], parece entendible que en el encuentro [fallido] del científico con lo real de su objeto, se le imponga el “saber-todo” o la “certidumbre”; que fracturan el “no querer saber nada de la verdad como causa” que sostiene al discurso de la ciencia. El encuentro sin mediación con el cuerpo de saber de la ciencia, llena al científico de certidumbre y - por lo tanto- de angustia.
“Decir que el sujeto sobre el que operamos en Psicoanálisis no puede ser sino el sujeto de la ciencia puede parecer paradoja”[5]- explica Lacan al hablar de aquél que Descartes inaugura y que se llama “cogito”, sujeto fundado como división entre saber y verdad.
El hombre de ciencia está preocupado por producir saber (en el sentido fantasmático que le asigné al principio de este trabajo), por lo tanto sus operaciones no apuntan a poner al desnudo la verdad; puesto que “de la verdad como causa, la ciencia no quiere saber nada. Se reconoce aquí la fórmula que doy a la Verwerfung”[6].
La “crisis subjetiva”, producida por la tuch y la escritura de una marca en lo real, unifica los lugares del saber y la verdad. Tal holofrase del saber y la verdad, es lo que ha llevado a confundir tal vez estas conmociones subjetivas con las psicosis. Sabemos de sus consecuencias insoportables, sin embargo parece injustificado extenderlas hasta las psicosis. Conviene en este punto moderar los términos, para así reconocer que sobrepasar los límites del saber del fantasma, fragiliza al sujeto: “el Otro es modificado, sin regulación del nombre-del-padre. A veces toma la figura del perseguidor, tanto más fácilmente para el matemático cuando el problema se presenta como un juego donde la solución debe existir de manera absoluta, sin compromiso posible con el azar. Este juego se juega frente a un Otro implacable, no barrado, característico de las psicosis”[7]

Tal similitud con el Otro de las psicosis, no parece sin embargo autorizarnos a reducir las “crisis subjetivas” a las psicosis. Recordemos también la frecuencia con que nuestros “sabios locos” de la historia de la ciencia recurrieron a la “Weltanschauung” [8] para restituirse algún lugar como sujetos, luego de las fracturas producto de su conquista de lo real.
Si de algo podemos estar seguros, es que luego de la escritura de alguna letra nueva, los científicos no recortan ya la realidad de la misma manera; y que su acto les ha permitido perder algo del goce que los sujetara al malestar de la cultura, con consecuencias no-sintomáticas.
Como cuenta Isaac Asimov: “[...] los días grandiosos pasaron y en 1692 empezó a fallar esa mente omnicomprensiva. Newton sufrió una crisis nerviosa y vivió retirado durante casi dos años. Para quemar sus inagotables energías mentales se dedicó a la teología y a la alquimia[...] De este modo, malgastó sus luces en la búsqueda de alguna manera de fabricar oro...”[9]

(texto inédito)

[1] Lacan, Jacques- “La ciencia y la verdad” en Escritos II -p.848-Ed.Siglo XXI.
[2] Lacan, Jacques- “El Seminario... ” libro XI”- clase 1-p.15 - Ed. Paidós.
[3] Sylvestre, Daniele y otros - “Ciencia y Psicosis” en Clínica diferencial de la Psicosis - Ed. Manantial -p.258
[4] Ibídem
[5] Lacan, Jacques- “La ciencia y la verdad” en Escritos II -p.835 - Ed. Siglo XXI.
[6] Lacan, Jacques- “La ciencia y la verdad” en Escritos II -p.853- Ed. Siglo XXI.
[7] Sylvestre, Daniele y otros - “Ciencia y Psicosis” en Clínica diferencial de la Psicosis - Ed. Manantial - p.260
[8] Se trata del concepto introducido por Freud en la Conferencia 35 de las “Nuevas Conferencias de Introducción al Psicoanálisis”, titulada “Una concepción del Universo” en AE.XXII pag.146
[9] Asimov, Isaac - “Momentos estelares de la ciencia” Alianza Editorial pag.44